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CURSO DE GESTIÓN Y DIRECCIÓN EN COMPAÑÍAS AEREAS
Jueves, 17 Febrero 2011, 08:00
por  Jennifer    Accesos : 5
CURSO DE GESTIÓN Y DIRECCIÓN EN COMPAÑÍAS AEREAS
– DURACIÓN: 430 Horas
-IMPARTIDO POR: D, TOMAS CANO
MATRICULA ABIERTA
Localización : CETAC, Ctra General del Norte C-820, Edf. Star Nave nº 2, Los Rodeos, La Laguna
Contacto : 922 65 03 65/ 678 52 53 20
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EL AZAR

 
El comandante bajaba las escaleras del avión, seguido de su primer oficial y el resto de la tripulación, con la mirada perdida, intentando recordar con precisión lo que había ocurrido, su cara tenía el color de la cera, un pálido extraño de describir. Como un androide se dirigió hasta el transporte que debía llevarlos hasta el hotel, el silencio duró los cuarenta y cinco minutos de trayecto. Mientras el buscaba la explicación e intentaba repasar lo que había sucedido aquella noche.
El huracán Earl, había sido su maldito mal sueño o pesadilla, repasaba con la atención de quien a sufrido una amarga experiencia como podía evitarlo en un futuro o como lo hubiera podido evitar, pero sabía que no podía evitarlo que si estaban todos vivos es porque el azar, es el seudónimo de Dios, cuando no quiere firmar.
La aproximación a Punta Cana era rumbo a la pista 27, eran las 18,30 horas locales, el radar le indicaba cumulunimbus en paralelo a la pista, el huracán se desplazaba en sentido Este- Oeste, venía desde San Juan de Puerto Rico y se dirigía hasta Cancún y la Habana, pero no iba a pasar por allí y dejarlo aterrizar normalmente, quería dejarle un pequeño recuerdo de lo malo que puede ser Earl, cuando se encabrita.
Antes de la aproximación final se alejó ante ,tal bienvenida que le aguardaba, 25 millas de la pista y empezó su odisea a 23 millas de la cabecera de pista. A 3.000pies interceptó el localizador, interceptando la senda de aproximación final, pero de repente perdió el contacto con la pista.
El viento se puso soplando de cola entre 15 nudos y rachas de 35 nudos, con una turbulencia extrema, llegando a mínimos decidió frustrar la toma .
Dio orden en cabina sin dejar un momento de actuar Go Around Trust y tren de aterrizaje arriba, con flaps on Schedule, en ese momento estaba a 1.200pies de altura. De repente fue azotado por un viento huracanado  de corriente descendente, que no fue detectado por ningún instrumento del avión.
Empezó a bajar la aeronave cuando lo tenía en actitud de ascenso , ambos pilotos tiraban de los mandos a la vez y les llegaban hasta el pecho, pero el avión seguía bajando, de los originales , 1.200 pies , veía que su altímetro pasaba por 800pies, 600 y 500 y justo cuando llegó a los 400 pies y que la velocidad oscilaba entre los 85 nudos y los 315 nudos de este inesperado fenómeno que transcurrió en no más de 40 o 60 segundos el avión empezó a subir de nuevo entre fuertes turbulencias, de cualquier forma él estaba seguro que se estrellaba, cuando ya el avión volvió ha alcanzar los 1.200 pies el avión se levanto como un cohete espoleado por la potencia de sus motores, después de haber sido retenido con una mano invisible que además de retenerle lo hundía hacia el suelo, como un niño cuando lanza un juguete al suelo y queda roto en mil pedazos.
Lo intentó de nuevo esta vez sin mayores problemas, parece que Earl, consideró que ya lo había hecho sufrir bastante.
TOMAS CANO

La mano

El niño andaba la empinada calle, cogido por la mano de su padre, prácticamente su padre tenía que tirar de él. La calle estaba sin asfaltar, y el niño tropezaba con algunas piedras del camino,  acompañado de una respiración entrecortada, y lagrimas descendiendo por sus mejillas.
El niño era consciente, de que al final de la calle le esperaba el enorme portón, del internado y era consciente que esa era la frontera entre el calor de su padre y la miseria de una educación, que no comprendía y nunca llegó  a comprender, porque en aquel lugar carecían de una virtud fundamental de la vida y que es complemento de todas las virtudes, la humanidad. Pero lo peor era no ver a su padre por largo tiempo.. La puerta era azul, tirando a un color plomizo en algunas partes, fruto, del tiempo, la lluvia y el viento.
El niño se cogía a la mano de su padre , y por ningún motivo quería soltarla, aunque por la fuerza que imprimía su progenitor, era tarea imposible. Sabía que cuando llegara al Hospicio, o internado o lo que aquello fuera, una monja franciscana, lo recogería y retendría, aun así, cuando su padre volvía la espalda y regresaba de nuevo a bajar la calle, él se zafaba, de la mujer de hábito y corría detrás de su padre, sollozando y le cogía la mano para que lo llevara . Pero el final era siempre el mismo, de nuevo su padre cogiéndole con cariño lo acercaba hasta dónde la vieja monja, le esperaba. Ella esperaba con una sonrisa indescriptible, con la seguridad del que sabe como sería el final, de aquellos sollozos y corazón dolido, de un niño más.
Hoy ese niño piensa en esa mano más que nunca, la mano de su padre, sus manos , las que siendo mayor besaba con amor el día que el anciano padre, partía de esta vida. Solo se decía asimismo ahora si me deja huérfano de sus manos y su corazón, ese corazón que con respiración entrecortada lo dejaba cuando era niño, en el viejo internado