Lista Negra

Uno queda paralizado por lo que se esta diciendo desde el sindicato de pilotos de Air France. O sea que han estado volando o están volando con graves incidencias que dicen pueden ser las causas del accidente como los fallos de los “sensores de velocidad”. En pocas palabras: han estado volando peligrosamente o, salvo noticia contraria según estos caballeros del aire, lo siguen haciendo.
Yo creo que los pasajeros deberíamos volar teniendo acceso a la ficha técnica de la tripulación o, lo que es lo mismo, ¿no buscamos el mejor abogado, el mejor médico, el mejor de lo que sea porque necesitamos estar seguros? Pues necesitamos tener la seguridad de que el que va ha hacer el vuelo es el mejor. Necesitamos saber en quien ponemos nuestras vidas. No sirve de nada una vez muertos que una banda de músicos diga que la posible causa del accidente, han sido los “sensores de velocidad”, o la falta de descanso. Lo más vergonzoso es que los sensores de velocidad puedan ser un fallo de la cadena, cuando ellos saben que hay otras causas, que han sido el desencadenante.
Mi pregunta es simple cuando uno lee lo que dicen después de que estás muerto; díganme, ¿en manos de quien estamos?

Mayday

Estas son las palabras tan famosas cuando se produce una emergencia en un avión. Hoy podemos decir alto, no sé si claro, pero alto Mayday, para el transporte aéreo en nuestro país, al igual que en otros continentes aunque cada uno tiene caracteres distintos, y salvo Estados Unidos saldrán mejor parados de esta situación.
Esta es la peor crisis del transporte aéreo que se conoce muy superior al 11S o a cualquier conflicto bélico conocido con anterioridad. Compañías que deben a los alquiladores de aviones grandes sumas de dinero, compañías que creen que reduciendo su plantilla salvarán la situación, esperen ustedes a septiembre y octubre y verán lo que sucederá, algunos todavía ciegos por su prepotencia se niegan a ver lo inevitable y lo inevitable es que vamos a entrar en una nueva aviación dónde todos van a pasar por momentos difíciles y algunos verán el ocaso de sus propias compañías, incluyendo las low cost.
Hay quién ha dicho que va a vender, pero lo que no dice es que no puede, en su lugar manifiesta sin rubor que su compañía no se vende. Los necios siguen siendo necios y eso les hace felices pero en esta ocasión no se salvarán de ésta ni tan siquiera las grandes de nuestro sector.
Espero que esta vez los necios no me echen la culpa del incremento del precio del crudo y la desaparición de sus empresas, ya que en este sector siempre han echado mano de mi nombre cuando las cosas no les han ido bien, pero créanme no me alegro en absoluto porque los que van a pagar el más alto precio serán los empleados.

La aviación y su mayor reto

La industria aeronáutica mundial tiene uno de los mayores retos de su historia, el precio del combustible, que ha ido escalando unas cifras mucho más rápidas de lo que nadie en el sector esperaba. El negocio actual es insostenible a los niveles actuales del precio del crudo. Hay que tener en cuenta que los precios han subido un 95 por ciento el año pasado y que ello ha tenido un impacto en la cuenta de explotación de una línea aérea del 40 por ciento.
Reducir costes, aumentar el precio de los billetes, no nos permitirán a las líneas aéreas paliar el coste del combustible. Las aerolíneas deben reducir entre otras cosas su capacidad, lo que permitiría un aumento de los precios de venta de billetes, para ello habrá que reducir un 10 ó 20 por ciento la capacidad en el tráfico doméstico, que en especial en España está saturado y tiene exceso de capacidad.
A nivel mundial habrá que dejar aviones en tierra, con lo que producirá un significativo ahorro de costes. Cuanta mayor rapidez tengamos en reducir capacidad más rápido será la obtención de beneficios.
Por último, las integraciones u absorciones de unas compañías con otras no serán eficientes, y tendrán grandes complicaciones en este ambiente actual, o lo que es lo mismo, las sinergias no bastarán para hacer frente al incremento del combustible, por lo que a mi entender, la crisis actual del crudo debería enfriar el entusiasmo por las fusiones entre compañías, por el momento.

 

No a los "hubs"

Recientemente he leído en un medio de comunicación local una información sesgada con opiniones que demuestran que una vez más que las mismas vienen dirigidas por grupos políticos minoritarios que con una demagogia descarada intentan demonizar la industria aeronáutica.
El transporte aéreo ayuda a desarrollar a regiones y países vía hubs o cualquier otro medio. Decir que el sector aéreo con sus emisiones de “CO2” está destrozando el medio ambiente de las islas y no decir que la industria aeronáutica se propone reducir a cero su emisión de “CO2” en los próximos 50 años, es información para mí sesgada.
No cabe duda de que será necesaria la colaboración de los gobiernos como de las compañías petroleras que deberán invertir en energías renovables que puedan ser utilizadas por el transporte aéreo.
La reducción de la emisión de “CO2” es uno de los retos más importantes de la industria aérea. El objetivo a corto y medio plazo es reducir un 10 por ciento del combustible utilizado por aerolíneas y que éste proceda de energías renovables, si a esto añadimos en materia de accidentes aéreos el 2006 fue uno de los años mas seguros con un accidente por 1,5 millones de vuelos cifra, que mejora aun más el nivel de seguridad en un accidente por cada dos millones de vuelos.
Las islas necesitan del transporte aéreo para sostenibilidad y crecimiento, decir lo contrario en base a que la industria aeronáutica no se preocupa de las emisiones de “CO2” es una estupidez contada por un ignorante.

Los pilotos, gente casi siempre anónima

Una vez pidieron a uno de los hermanos Wright que hablara al público al final de una fiesta. “Señores, dijo uno de los inventores del aeroplano, el único pájaro que habla es el loro. Pero el loro prácticamente no vuela”.
¿Cuál es el entrenamiento que se brinda a los pilotos de las compañías aéreas?
Tras el acceso de un piloto a una línea aérea se inicia un proceso de instrucción y supervisión continuado.
Todo da comienzo con el inicio del Curso de Conversión al Operador, durante el cual los pilotos reciben todo tipo de formación respecto de las políticas de la compañía, el entorno de la operación y especialmente el curso de habilitación de tipo. Durante este último se distinguen dos fases: teórica y simulador.
La fase teórica consiste en un curso de aproximadamente un mes de duración, donde los pilotos estudian detenidamente la aeronave a operar, sus limitaciones, procedimientos normales anormales y de emergencia.
La fase de simulador consta generalmente de no menos de 30 horas a bordo de estos aparatos que simulan con total precisión el vuelo real de la aeronave y sus movimientos. Dichos artefactos reproducen fielmente el comportamiento del avión en situaciones de emergencia, permitiendo a los pilotos adquirir el nivel de pericia necesario para salvaguardar la aeronave y sus pasajeros en caso de que se dieran imprevistos durante un vuelo real.
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