Considera las relaciones humanas diarias, e imaginate cuántas veces nos lanzamos hechizos los unos a los otros con nuestras palabras. Con el tiempo, esto se ha convertido en la peor forma de magia negra; son los chismes.
Los chismes son magia negra de la peor clase, porque son puro veneno. Aprendimos a contar chismes. De niños, escuchábamos a los adultos que nos rodeaban chismorrear sin parar y expresar abiertamente su opinión sobre otras personas. Incluso opinaban sobre gente a la que no conocían. Mediante esas opiniones, transferian su veneno emocional, y nosotros aprendimos que esto era una manera normal de comunicarse.
Contar chismes se ha convertido en la principal forma de comunicación en la sociedad humana.
Existe una vieja expresión que dice “A la miseria le gusta estar acompañada”, y la gente que sufre en el infierno de los chismes no quiere estar sola.
Si hacemos una analogía y comparamos la mente humana con un ordenador, el chismorreo es comparable a un virus informático.
En el infierno del chismorreo, el poder de las palabras se emplea erroneamente. Las usamos para maldecir, para culpar, para reprochar, para destruir. También las usamos correctamente, por supuesto, pero no lo hacemos muy a menudo.
Las palabras son el poder que tenemos para crear, son un don.
Se impecable con las palabras. La palabra “impecabilidad”. Significa “sin pecado” “Impecable” proviene del latín pecatus, que quiere decir pecado. El prefijo im significa “sin”. De modo que que “impecable” quiere decir sin pecado.
Se impecable con tus palabras
Tomas Cano
PD gracias al Dr Miguel Ruiz sin sus palabras no lo hubiera escrito.
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