LA ALPUJARRA QUE HAY QUE CONOCER

LA ALPUJARRA QUE HAY QUE CONOCER
Alpujarra, Alpujarra que bella eres Alpujarra, como una mujer gitana te quisiera comparar. Tan alta tan esbelta, con el Mulacén como peineta y en ese cuerpo y figura como no he visto otro igual, se entrelaza un traje verde pino con sus volantes de asfalto y sus pueblos tan blancos, pintorescos y de cultura sin par, que asemejan los lunares de tu traje de faralaes, como encajes en ese traje que yo imagino ver, caen cascadas de agua que aparecen por doquier y cuando menos te lo esperas, no se dejan ver. Como sus pueblos en el camino, Mira a lo lejos que bello como se llamará ese pueblo, Capileira me dicen y ese otro que aparece tras un volante de tu falda, ¿será Pitres?, ¿será Potugos o quizás Trevelez; todos se dejan ver con el movimiento de tus volantes.
Y a tus pies, dónde empieza tanta hermosura un pueblo más que conocer por su mezcla de razas, gentes tranquilas y música de campanas. Es Orgiva me cuentan, aquí arranca tanta belleza de esa Alpujarra gitana.
Y arriba y en su espalda, con respeto se posa un gran manto blanco que hace sin querer que todo el mundo la mire de arriba abajo del derecho y del revés. Y aunque llegue uno mareado hacia arriba o hacia abajo por ese traje tuyo gitana, no estoy enfadado , porque con un poco de jamón de Juviles y un vino de la tierra ya tengo el cuerpo arreglado.

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