Churchill y Laydy Astor
Churchill llego al Parlamento desaliñado.
Lady Astor le dijo, no se como decirle esto con delicadeza, pero es Usted un borracho.
Churchill le respondió es cierto y Usted es fea. Mañana a lo mio le puedo poner remedio, pero Usted a lo suyo no.
Laydy Astor le contestó de nuevo si fuera yo su esposa le echaría arsenico en el té y el contestó y si yo fuera su esposo me lo bebería.´