CARTA DE UNA TRIPULANTE DE CABINA

Tripulante de cabina de pasajeros o TCP, como se les conoce en el transporte aéreo. Que acumulaba más de tres años de experiencia y la última en Emirates. Pero quiso regresar a su casa a Palma de Mallorca y lo hizo incorporandose a una low cost. Sobran las palabras:
“Permita que le haga llegar estas letras tras la comunicación por parte del Jefe de Base de Palma de Mallorca de mi marcha
El trato recibido ha sido excepcional por parte de todos, me he sentido y me sigo sintiendo muy orgullosa de haber pertenecido a su empresa. He desarrollado mi trabajo entiendo humildemente de forma profesional tal y como me enseñaron, tanto en esta como en otras empresas en las que he volado. Ciertamente siempre guardaré con cariño mi estancia con Ustedes con afecto, y mi mayor respeto.
Mis compañeros en general han sido excelentes y el ambiente de una gran cordialidad y con un alto grado de profesionalidad.
Solo hay un pero y espero lo entienda como tal, nunca debí insistir con tanto ahínco mi cambio de base de Barcelona a Palma de Mallorca.
Sinceramente creo que deberían y lo digo una vez más con toda humildad, pero de forma firme y profesional, porque me considero una profesional de este sector, un mayor control e inspección sobre las bases pequeñas, suelen convertirse en “cotos privados”, y es difícil convivir con ellos. Un control sobre los jefes de base, una constante vigilancia de los “procedimientos”, mejorarían la convivencia entre grupos pequeños, y el nivel profesional de todos.
Una vez más gracias, gracias por la oportunidad de volar con Ustedes y gracias por haberme dejado formar parte de esta familia. Estoy segura que seguirá siendo cada día mejor y más grande porque al frente hay personas como Usted y otros muchos más a los que no he podido conocer. Soy consciente de que la perfección no existe, pero si buscamos como yo he hecho la perfección con fe; podremos alcanzar todos la excelencia y creame que yo tanto a nivel profesional como personal la busco, aunque ahora me suponga volver de nuevo a emigrar.
Reciba mi mayor consideración personal y gracias por todo una vez más
Atentamente”.
No hay razón para pensar que estas cosas son excepcionales, no no lo son, es lo más normal l@s Tripulantes de Cabina de Pasajeros son “carne de cañón”, y ¡hay como le caigas mal a alguien¡ estas hundido. Nadie saldrá en tu defensa es la aviación que nos ha tocado vivir. Dura sin piedad. En muchas compañías aéreas, no existe la colaboración, el trabajo en equipo. La colaboración gana sentido y colaborar es más difícil que competir, por que se trata de compartir.
L@s tripulantes de cabina han sido en muchos casos los gran olvidados, cuando se escribe de aviación, pero si han sido y son usados como reclamo publicitario.
Por último yo diría que en  esta profesión, desde mi punto de vista son los “embajadores”, de una linea aérea, y  no ha sido su profesionalidad,  suficientemente respetada. Podríamos hablar de la importancia en la seguridad de los pasajeros y mucho más, son personas apasionadas por su trabajo, su dedicación, sus estudios hasta de medicina para atender a un pasajero.
Yo diría que los tripulantes de cabina,  en general, son la excelencia, son un regalo y el valor de ese regalo no reside en su idoneidad sino todo lo contrario en su valor real y ellos lo tienen, y yo tengo después de dirigir algunas compañías aéreas,  una deuda moral con ell@s, y pruebas más que sobradas de su importancia a bordo de los aviones.

Un comentario en “CARTA DE UNA TRIPULANTE DE CABINA”

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