EL PABELLÓN Nº 6
Antón P.Chejov, escribió la historia sobre el Pabellón número 6, en el que un director de un Psiquiátrico termina como uno más de sus pacientes y muere como un loco sin solución posible, a pesar de no estar loco.
Esta es una historia real, la que les voy a relatar hoy, y que puedo decir, me vienen a la memoria las palabras del Poeta Ángel González “Y sonrío, y me callo, porque en último extremo uno tiene conciencia de la inutilidad de todas las palabras.
Corría el año 2005, cuando decidí acometer un proyecto de crear una nueva compañía aérea con el nombre de AIRCLASS, en el que su concepto empresarial, nos permitiera que fuéramos capaces de albergar en ella a algunos de esos pilotos jóvenes, que engrosan la larga lista de desempleados, porque no tienen acceso al primer puesto de trabajo. Son tantos los que hoy siguen esperando esa oportunidad que la lista no tiene fin.
El concepto empresarial, era empezar con un pequeño capital social y buscar una compañía aérea, ya establecida que nos diera cobijo bajo una de sus alas para poder hacer realidad el sueño de muchos, convertirse en pilotos. Así fue como empezó la andadura de la nueva compañía, hasta que pasado un año y cuando todo estaba encaminado hacia el objetivo final, y tras habilitar y colocar a más de 18 pilotos a su primer puesto de trabajo, todo cambió en muy pocas semanas.
Tristemente, me di cuenta de que una vez más me había equivocado y dónde yo creía que invocando, “al buen corazón” del hombre, me percaté de que el ser humano en general no lo tiene.
Después de todo, destruir al prójimo es sólo una práctica más de la infame condición humana.
Ya en el colegio, alguna de estas criaturas apuntan maneras que luego perfeccionaran en la vida adulta, pródiga en coyunturas adecuadas. Es cierto, que el poder la ideología, el ajuste de cuentas la enemistad particular, y la ingratitud tienen que ver para fraguar una traición despreciable. Uno de esos muchachitos recién habilitados y viéndose ya trabajando y cumplido ya su desea que era ni más ni menos que ser piloto, necesitaba la coyuntura adecuada para la gran traición, para ello, necesitaba tener cerca de sí, en pocas palabras, a un abogado sin escrúpulos una compañía aérea con los mismos principios y algunos directivos sin el mas mínimo escrúpulo, y con esas armas unidas al deseo de la destrucción del prójimo sin respetar nada mas solo quedaba el traicionar a quien les ofreció la primera oportunidad, para ello, solo había que señalar al enemigo confiando en que otros hicieran el trabajo que el no se atrevía a hacer y gracias a todo ello sus deseos más íntimos y oscuros se hacen realidad, gracias a su cobarde naturaleza social.
Por eso he llegado a la conclusión de que el que espera para alcanzar su objetivo no es siempre merecedor de una oportunidad en la vida.
Lo más triste de todo ello y que todavía es más infame son las ratas y sus secuaces:
Los muchos miserables que intentan congraciarse con ellos.
Al final sólo te queda un gran dolor pero siempre recuerdo las palabras de Marco Aurelio que dijo “El dolor es una representación viva del dolor haz un esfuerzo, un esfuerzo de voluntad, para cambiar esta imaginación, deséchala, deja de quejarte, y el dolor desaparecerá”.
Cuando me siento frente a mi máquina de escribir me vienen a la cabeza frases que he leído como aquélla que dice que cuando en el mundo aparece un verdadero genio, puede identificársele por éste signo: todos los necios se conjuran contra él y al final de toda triste historia puedo decir que uno no puede estar exento de enemigos y de leyenda y que hay que ser suficientemente valiente para perdonar al enemigo ya que no hay cosa que más le enfurezca.
El mundo está lleno de traidores, chivatos, necios y cínicos y el cínico es un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada, sólo me queda como dijo Oscar Wilde:
“Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en boca de los demás, y es no estar en boca de nadie”.
Tomás Cano
EL ORFANATO
EL ORFANATO
Josef, no tendría más de 17 años. Toda su vida la había pasado de un orfanato a otro, sin padres y sin familia que le esperaran, su vida transcurría con una gran monotonía. Los jueves era el único día que podía acudir a la biblioteca y conseguir un libro que el Reverendo Roman repartía entre los más de 70 niños que habitaban aquel viejo Orfanato, en las afueras de Hannover , sólo le apasionaba su amor por los libros de Hergue, con Tintín y Milú, no había otro aliciente. Para él, semana a semana leía y releía cada uno de los títulos de Tintín. No sabía que le esperaba en su vida, sólo que su futuro era incierto. Evadirse con las aventuras del reportero era lo único que le mantenía vivo. La disciplina en aquel lugar era espartana, o quizás, más que eso, las monjas franciscanas eran implacables con todos y el control que ejercían sobre los muchachos era férreo.
A las doce del mediodía, al término de las clases, todos los compañeros se sentaban y hablaban del presente, pero sobre todo del futuro. Alguien le comentó que unos cubanos habían llegado de Cuba a Madrid escondidos en el tren de aterrizaje de un avión; uno había muerto pero el otro se había salvado. Aquella noche no pudo dormir, pensaba y pensaba en la forma de abandonar aquella casa de locos y encontrar su destino, tal vez en otro país y proseguir su vida sin tener que caer constantemente encerrado sin saber cuando podría abandonar su encierro.
En el aeropuerto de Hannover era ya noche cerrada. El comandante del avión había pedido al agente de handling que le embarcaran rápidamente; primero por mantener su horario y segundo porque los pasajeros eran agentes de viajes alemanes muy importantes para su compañía. El avión, un Boeing 737-300 de nueva tecnología que recientemente había sido incorporado por su empresa, reunía las condiciones para que los pasajeros tuvieran un viaje confortable; su destino final era Palma de Mallorca. Era verano de 1987.
Cuando el Jefe de Cabina le confirmó que todo el pasaje estaba a bordo puso en marcha los motores y solicitó permiso para rodar a la pista 09L. Alcanzar esta pista lleva consigo tener que rodar el avión más de lo habitual por su lejanía de la Terminal. Al llegar al “punto de espera”, tuvo que aguardar unos cinco minutos o más porque había otros aviones a punto de despegar, por lo que el Comandante informó a los pasajeros del pequeño retraso y fue contemplando como los aviones que tenía delante iban abandonando Hannover. Toda esa zona era de una gran oscuridad y sólo se veía iluminada con las luces de los aviones que se acercaban para despegar.
Josef se encontraba entre unos matorrales de la cabecera de la pista y sólo le separaba una valla metálica para alcanzar su libertad. No dudó ni un instante; pudo subirse a cualquiera de los aviones que allí esperaban su turno para salir pero el destino le tenía reservado el vuelo a Mallorca. Corrió y saltó como un atleta, se dirigió directamente a una de las patas del tren de aterrizaje, apoyó su pie en la rueda y con las manos se agarró al fuselaje subiendo de forma ligera a lo que los técnicos llaman “WHEEL WELL” (pozo del tren), donde hay espacio aunque parezca imposible para más de dos personas, se apartó lo más que pudo de la zona donde descansan las ruedas después del despegue. Esperó confiado en el destino, llorando aunque ninguna lágrima rescata nunca el mundo, ni el sueño que se desvanece, con una mezcla de fe consciente, que es la libertad, pero también mucha fe mecánica, que te lleva a la locura.
El Boeing 737-300 despegó con Josef. Las compuertas del tren se cerraron y con ello también la vida de Josef. Nadie le había advertido de la falta de oxígeno y el frío de más de 50 grados centígrados bajo cero. Su muerte fue dulce pero definitivamente no pudo escapar a su destino, estaba recluido y murió recluido.
Nadie a bordo podía imaginarse que tenían un polizón a bordo. El vuelo fue normal hasta que en el proceso de aproximación al aeropuerto de Palma; cuando la tripulación fue a sacar el tren de aterrizaje se percataron que una de las patas no salía, repitieron por procedimiento la maniobra pero no había manera; el Comandante le solicitó al segundo piloto que fuera al centro de la cabina donde debajo de la moqueta, en el pasillo, existe como un ojo de buey para ver el tren, el hombre quedó petrificado cuando le pareció ver un cuerpo humano en el pozo del tren.
Volvió a la cabina y se lo comunicó al Comandante quien no podía creer lo que le estaban comentando. Avisado el control aéreo, se dirigió para hacer esperas sobre “MIKE JULIET VICTOR”, hasta tomar la decisión de hacer un aterrizaje forzoso o ver si definitivamente podía sacar la pata del tren que el cuerpo de Josef impedía salir.
Después de 45 minutos y de una cantidad de intentos el cuerpo de Josef cayó al vacío y el tren de aterrizaje quedó estabilizado.
El avión aterrizó sin mayores consecuencias y Josef encontró su “destino” triste pero al fin y al cabo el único que podía encontrar ante su desesperación por encontrar la libertad.
Los alemanes jamás reconocieron, como es habitual en ellos, que esta historia pudiera ser real y pasara en su propio país con magníficas medidas de seguridad, pero la perfección no existe y creo que ese día volvieron a percatarse, o tal vez pensaron que nada hay tras la muerte, la misma muerte es nada
TOMAS CANO
EL INSTANTE DECISIVO
EL INSTANTE DECISIVO
El vuelo se desarrollaba según lo previsto mientras surcábamos los cielos de los Estados Unidos de Oeste a Este desde Seattle, siempre sobre el Paralelo 45º norte, hacia nuestra primera parada contemplando los maravillosos paisajes que nos ofrecía nuestra envidiable posición. Podíamos ver la inmensidad y la belleza de la naturaleza, las enormes ciudades y los Grandes Lagos con la luz del atardecer. La noche nos ganaba terreno con gran velocidad mientras cruzábamos los husos horarios brindándonos vistas secuenciales de la iluminación progresiva de grandes ciudades como Chicago y Detroit a nuestro paso.
Conforme nos acercábamos a nuestra escala prevista la previsión meteorológica iba empeorando notablemente y a gran velocidad en nuestra ruta, pero lo peor, era la meteorología en destino. Tuvimos que cambiar de Frobisher a Goose Bay ya que las condiciones previstas eran tan malas que no era posible ni siquiera intentarlo.
Cambiamos de Gander a Frobisher y de ahí a Goose Bay, luego otra vez a Frobisher y de ahí, nuevamente a Goose Bay. No tenía sentido. Analizando que nos quedaban unos 25 minutos para llegar, decidí no bajar mas, reducir la velocidad y mantener todos los sistemas anti-hielo operando continuamente vigilando muy de cerca nuestros parámetros de motores y sistemas del avión.
Solicitamos las últimas informaciones meteorológicas de los tres aeropuertos y la tendencia prevista de la Tormenta. Le pedí a mi compañero que me recabara la información los ATIS de los tres aeropuertos. Con éstos en la mano y la información de New York y Vancouver se observaba que la tormenta que se había desatado sobre las 02:00 horas locales iba creciendo pavorosamente y se movía de sureste a noroeste, así que decidí volar hacia el aeropuerto mas al sur para evitar el frente que suponía las condiciones mas duras.
No había tiempo que perder. Pedimos descenso y nos dirigirnos ya, de manera clara y definitiva hacia el aeropuerto de Gander.
La máquina que tenía en mis manos funcionaba formidablemente, pero desconocía su resistencia y sus límites y me iba a ver obligado a forzarla al máximo; de cómo respondiera iba a depender todo. La zona de la Península de Labrador son solo montañas, rocas y mar. Las pequeñas y aisladas poblaciones de esquimales no disponían de medios físicos ni técnicos para emprender un rescate en caso de amarizaje o que nos saliésemos de la pista durante el aterrizaje y, aunque Canadá y USA sabían donde estábamos y lo que haríamos, tardarían horas en podernos localizar y llegar hasta nosotros. Solo había una oportunidad. Sólo una.
Entramos en contacto con Gander Aproach:
“Gander, ENJ 001P with you descending to FL 100”.
Nos autorizan para aproximación directa ILS Pista 13 y enfilamos hacia el IAF punto inicial de aproximación.
Pido a mi compañero el último ATIS mientras aviso a cabina que nos acercamos, que todo va bien y que estamos autorizados para aterrizar. Mi compañero, lívido como el papel, destacaba como un negativo fotográfico ante la negrura tan espesa que nos rodeaba. Extendió su temblorosa mano sin poder articular palabra con la garganta seca por el miedo para pasarme la última información meteorológica del aeropuerto mientras el avión saltaba y se agitaba endemoniadamente como en una enorme y loca coctelera en su aproximación.
Si el pánico te domina ahora, todos vamos a morir y la Compañía morirá antes de nacer.
Estás solo y no tienes tiempo. ¡Concéntrate y piensa! Todo depende de ti. La ayuda que tu compañero te pueda dar a partir de ahora, el pobre, es muy limitada ya que esta a punto de entrar en shock. Sólo hay que verlo. Tienes el Avión y te tienes a ti. Eso es todo. ¡Úsalo!
Bien, me dije: todo está preparado. Todo está listo. ¿No te crees tan bueno?, pues ahora más te vale que lo seas de verdad. A partir de ahora, sólo existe una cosa en tu cabeza que importa, una cosa que hacer y que hacer bien: Aterrizar.
“Torre de Gander, ENJ 001P establecido en el ILS de la RWY 13”
“ENJ 001P, aquí la TWR de Gander. Está autorizado a aterrizar en la Pista 13. Las condiciones del campo son las mismas. Buena suerte Nort Jet”
“Gracias Gander. ENJ 001P autorizado a aterrizar en la Pista 13”.
El fuerte viento y la turbulencia arreciaban y nos azotaban con furia. 800 ft. y bajando, todo bien. De pronto algo cambió en mi interior. Una paz enorme se apoderó de mí con suavidad pero con firmeza. Mis músculos se relajaron y mi mente se aclaró.
Pude ver y seguir toda la maniobra de aproximación como si fuese a cámara lenta. ¡Vaya sensación!, y todo iba perfectamente, como protegido en una burbuja dentro del salvaje temporal. 300 ft. y bajando, todo bien.
200 ft. y no se veía nada. 100 ft., 50ft. y nada. Estamos bien, estamos bien, sigamos. ¡Tenemos que seguir! De pronto sentí que las ruedas “tocaban algo” y supuse que sería la pista ¡Ojala! Con las manos listas en los gases verifique mis instrumentos que confirmaban mi “sensación” y actué las reversas al máximo sin ver luz, marca o pista alguna. Nada de pista, nada de luces, nada de nada, pero estábamos en el suelo.
Sentía que el avión patinaba y se deslizaba de lado a lado por el ancho y el largo de la pista. La sensación de terminar en las rocas y el agua en medio de esa tormenta salvaje, a 35º bajo cero y en la negrura mas absoluta que jamás había visto me volvieron a la realidad como si me hubiesen dado un martillazo.
¡Esto no ha terminado aún!. ¡Concéntrate, Joder! ¡Controla el avión! ¡Controla el avión!
Fuera no había nada que me ayudara. Ninguna referencia, así que busqué las que tenía: Mis instrumentos.
Tampoco es que fuera un “procedimiento” ni nada que te enseñaran en una escuela o compañía aérea. Simplemente se me ocurrió. Me concentré en mi RMI, mi brújula, intentando mantener el rumbo de pista mientras el avión frenaba poco a poco dejando que los auto-frenos actuasen tal como debían, a su manera. Mientras tanto, yo intentaba mantener al avión dentro de la pista jugando con el timón y los pedales que guiaban el tren de morro y el timón de dirección. Timón que tanto me había emocionado cuando lo vi pintado en Renton y las reversas de los motores, intentando mantener el “palo” del Localizador del ILS centrado y el Rumbo de pista en el RMI. No era nada fácil.
Sentía como disminuía lentamente la velocidad y como pasábamos sobre las placas de hielo que nos hacían patinar y escorar, junto a los montones de nieve acumulada en la pista que nos frenaban bruscamente durante un momento hasta que salíamos de ellos y patinábamos de nuevo.
Tardó una eternidad pero, de pronto, el avión finalmente se detuvo.
Yo no sabía donde estaba, si en la pista o fuera de ella. No podía ver nada a pesar de tener los limpiaparabrisas al máximo, pero tampoco había sentido ningún golpe o ruido inusual que me hiciese sospechar lo contrario. Hubo un largo, pesado, y profundo silencio que no sé cuanto duró. Solo la ferocidad de la tormenta se hacía sentir.
De pronto, los gritos de alegría de mis compañeros y familiares me volvieron poco a poco a la realidad. Pasaron algunos minutos más mientras comprobaba que el avión estaba en buenas condiciones, que los motores estaban funcionando bien al igual que todos los otros equipos, lo que nos protegía de las inclemencias del tiempo al que, con mucha suerte, habíamos sobrevivido.
Aún en nuestros asientos y con los cinturones puestos mi compañero y yo nos abrazamos como pudimos con lágrimas en los ojos.
Tomás Cano
SI QUIERES LEALTAD COMPRATE UN PERRO
SI QUIERES LEALTAD COMPRATE UN PERRO
El sector turístico ha estado siempre viviendo en la seguridad de que nunca nos faltarían clientes a nuestro sector, ya sean hoteles, aviones, restaurantes o lo que se suele llamar la oferta complementaria, pero desgraciadamente estamos viviendo una crisis de una gran profundidad.
Ya no nos vale la lealtad de una clientela sea alemana o inglesa, lo importante son los precios y costes, hoy dónde la economía se ve afectada de forma tan desgarradora.
Solo los grandes hoteleros, que han sido capaces de diversificar su negocio están más resguardados que los demás, sus inversiones en el Caribe, o cualquier otro Continente, les permite sobrellevar la crisis de una manera mas adecuada.
Hemos perdido capacidad de fidelizar a nuestros clientes, hemos perdido capacidad aeronáutica y tenemos que buscar nuevas formulas para conseguir recuperar nuestra posición mundial en el sector turístico.
La recesión en los países emisores, nos está afectando más que a nadie, pero yo creo que la mayor amenaza para el futuro es, la indiferencia y el silencio.
Queremos crear nuevas compañías aéreas, pero no hay pasajeros, queremos llenar nuestros hoteles pero no hay suficientes clientes para todos, algo hay que hacer, porque las perspectivas del futuro son inciertas y desfavorables.
Algo tenemos que hacer es difícil profetizar lo que nos deparara el futuro, ya que la fidelidad es una virtud típica solo de los ancianos; se esta demasiado cansado para cambiar de conducta e ideales.
En la conyuntura actual y del futuro, los precios van a ser determinantes, para ello hay que involucrar aunque alguno crea que es una quimera, a los gobiernos, tanto locales como nacionales, con rebajas en tasas aéreas o el Iva, a entidades financieras y un largo etc, si queremos paliar esta situación.
En esta época nadie encuentra ayuda en los demás. Cada cual tiene que luchar; y mejor si tiene la suerte de estar solo, si en lo viejo no hubo nada nuevo, que lo haya en lo nuevo que vendrá.
Tal y como van las cosas , todo cuanto puedo decir es que siempre he deseado que el polvo de las inquietudes no viniera a posarse en la mesa de la comida, pero ¿Cómo impedirlo?. No podemos pedir a los demás que te den la solución, debemos trabajar todos juntos, todo el sector para impedir la sangría de puestos de trabajo y la desaparición de empresas constante y en especial del transporte aéreo
Muchos dirán que lo que escribo hoy, que no son más que palabras , pero que nadie olvide la importancia de las palabras, que en mi caso son humildes, en cambio tenemos todos que recordar que los Mayas sabían de la importancia de las palabras pues tenían un dios especial para las mismas.
Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará ha en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras, siempre sirven para algo aunque el que las escriba no merezca la atención del que las lee.
TOMAS CANO
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Vuelo 502
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Carta de Agradecimiento
EL ANGEL
EL ANGEL
¿Dónde está mi Ángel?. Te preguntarás muchas veces a lo largo de esta vida, cuando tu cabeza golpee el suelo en tus constantes caídas , con el devenir de los años.
¿Dónde está mi Ángel?. Te preguntarás con la vista puesta en el cielo, buscando al Padre, cuando pierdes a un ser querido, la suerte te abandona y pierdes tu trabajo, en los momentos de pobreza, de depresión, cuando te sientas mal contigo mismo. En los momentos que ves tu familia fragmentada o tus amigos perdidos por circunstancias mundanas, como la envidia, o el odio.
¿Dónde esta mi Ángel?. Preguntarás cuando caigas enfermo y veas venir el final de tus días.
Pero el Ángel, te contesta siempre, aunque tu no alcances a escucharle, ¡ Tu Ángel está en el amor, la gratitud, la felicidad, en tus manos que diariamente trabajan, en tu risa, en la ilusión por la vida, en tus ideas, en amar a los demás por encima de todo.¡
¿Dónde está mi Ángel?, Cuando podré ver su rostro y el de nuevo te contesta, ¡Mi rostro está formado por el rostro de todos aquellos , que te han querido, y ya no están contigo, porqué sus almas están en mi.
TOMAS CANO
Centennial
LA VIDA ES BRUTAL
LA VIDA ES BRUTAL
Si la vida es brutal, desagradable y corta. Leyendo a Benavente , me quedó gravada la frase de que “la calumnia no puede ser más que la venganza de los cobardes”.
Treinta y cinco años dedicados a la aviación, en la que he recibido honores, que son efímeros y también he tenido que afrontar las acusaciones injustas para destruir mi prestigio personal y profesional, he sido acusado de destructor de compañías aéreas y hasta he sido amenazado de muerte.
Ante todas estas acusaciones nadie se ha preguntado, que para conocer a una persona no hay que preguntarle lo que piensa, sino lo que ama, y yo amo la aviación, aunque en el transito de mi vida haya dejado aristas, y cometido torpezas y errores a veces de bulto, a veces cometidos por mi mismo y otras por mis consejeros.
Todo consejero da consejos, pero encontramos quien aconseja en su propio interés.
Guardaros pues de los consejeros , mirar antes de que tienen necesidad, porque también ellos aconsejan en provecho propio, no sea que te tiendan una trampa.
Estaros al consejo de vuestro corazón porqué nadie te será tan fiel.
Después de todos estos años dedicado al transporte aéreo y haber conocido a tanta gente, haber creado empresa y puestos de trabajo, aún reconociendo excepciones el sabor que me ha dejado me lleva a recordar día a día el poema que aprendí de niño cuando me educaba en un Orfanato.
“Era yo niño y le dije a la Pena:
Ven, contigo he de jugar. Ahora todo el día la tengo a mi vera, y por las noches siempre me confiesa: Mañana otra vez volveré junto a ti vendré y me quedaré.
Juntos caminamos por la floresta junto a mi susurran sus tenues pisadas; y para nuestras cabezas resguardar ha construido un cobertizo invernal; y por las noches, entre gotas de tormenta, oigo cómo, junto a mi, suavemente alienta.
TOMAS CANO