Iberia, Clickair, Vueling, Spanair

Es tanta la información que podemos leer diariamente en los medios de comunicación sobre estas cuatro compañías, que llega uno a tener lo que los fisiólogos llaman ‘ceguera psíquica’.
No es más que el estado en que un sujeto ve sin comprender. Pero algo después, adaptado ya al ambiente, empieza a ver claro y se pone a observar.
La segmentación del negocio aéreo pasa en estos momentos por la extraordinaria intrepidez del sector. Iberia, para ser una compañía principal, debe ser cada día mayor y obtener una posición predominante y global, o lo que es lo mismo, a nivel mundial, cualquier acercamiento para la absorción de Clickair y Vueling no hace más que fortalecerla.
Si a todo ello unimos Spanair, se podría llegar a un monopolio que no favorecería al consumidor, y lo más probable es que Competencia no le permita estar o jugar a dos bandas: por un lado Vueling y por otro Spanair. Tendrá que ser una cosa u otra.
Las compañías aéreas a nivel mundial deben mirar hacía adelante, aunque haciéndolo sólo vean polvo y nucas, y si miran hacía atrás, sólo verán el mismo polvo y caras, porque tenemos que prepararnos también para la liberalización del tráfico con Estados Unidos, ya que todavía no sabemos cómo puede afectarnos.
Spanair merece un capítulo aparte. Es una gran compañía con grandes profesionales en ella y es fundamental para el transporte aéreo europeo, por lo que merece encontrar el mejor socio y no la mejor oferta, y el mejor socio es Marsans, así es como veo yo la realidad, y aunque posiblemente haya quienes discrepen, no siempre la mejor oferta es el mejor socio.
Las compañías aéreas no deben cometer el error de mirar a las demás líneas aéreas desde el punto de vista de los negocios, dividiéndoles en ‘capaces’ o ‘incapaces’, sin reconocer otras categorías como la honradez y la decencia, que estas dos cualidades ,también desde mi punto de vista, constituyen una muestra de capacidad, que algunas compañías aéreas poseen.
Por último, la humanidad se divide en partes desiguales en dueños y clientes, y creo que el deber de los dueños es velar por el interés de sus clientes.

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