Carta a Josep Piqué

Multiplica el tiempo por eones, por milenios, llévalo al infinito y aún así sólo tendrás un atisbo de lo que ocurre en la industria del transporte aéreo. No se por que le llamo industria, cuando los directores de las compañías aéreas se ignoran y los empleados en general se odian.
A cada compañía aérea sólo le preocupa la destrucción de su competidor al precio que sea, sin importarle que con ello se destruya a la propia industria. Cada compañía se lame su propio cipote. ¿Creen ustedes que la aparición y desaparición de compañías aéreas se debe como factor único al hecho de la falta de marketing de la consolidación económica o de la gestión de su propio director general?. Puede que haya casos en los que así sea pero, en general, la desaparición de las compañías aéreas no es ni más ni menos que una batalla soterrada entre todos para destruir al  competidor más débil; y muchas veces son batallas internas.
¿O acaso creen ustedes de verdad y sinceramente que Air Madrid desapareció por falta de medios?. Todo empezó por la guerra interna entre los altos directivos por alcanzar una mayor cota de poder, por odio, simplemente por odio. Air Madrid murió de éxito. Hoy en día en los mentideros del transporte aéreo se habla de Vueling, Spanair, Iberworld, Iberia, todas son frases dichas con sarcasmo, sin el menor rubor, con descalificaciones constantes, con desprecio y odio, mucho odio hacia los que intentan sostener estas empresas.

En el transporte aéreo, nadie habla bien de nadie, porque todo el mundo detesta a todo el mundo, esa es la triste realidad de lo que nosotros llamamos la industria del transporte aéreo. Pero, ¿cómo puede ser industria si los problemas ajenos no nos afectan, si los problemas de nuestros colegas no nos importan, si nos sonreímos cuando vemos desaparecer una compañía aérea?. Pero no piensen ustedes que este fenómeno solo se produce entre los directivos de las compañías, sino que se produce entre los pilotos, entre los tripulantes de cabina, entre los mecánicos, se produce al fin y al cabo entre todos aquellos que deberían construir una industria fuerte y solida, que deberían arropar al que está pasando un mal momento, que deberían ayudar en la medida de sus posibilidades a que realmente el transporte aéreo sea una industria de la que nos sintamos todos orgullosos.
Dicen los ignorantes que es “La Ley del Mercado” y que el transporte aéreo ha cambiado mucho…si que ha cambiado, han cambiado las personas, personas de las cuales todo lo que puedo decir es que desprenden odio y rencor hacia el propio sector. Cuanta ingratitud se percibe diariamente en este sector. Y es cierto que a veces algunos ni hemos sido tan buenos, ni tan malos como dicen. Solamente me queda una frase de Julio César, que dijo: “me han colocado en un pedestal muy alto, que no me permite percibir los afectos, pero que no está más allá del alcance de la envidia”, esto es lo que le suele ocurrir a muchos de los que se esfuerzan por mantenerse en el Transporte Aéreo Español.

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