Así no venderás el caballo

¿Es que sucede algo en este mundo que no sea necedad, hecho por necios y entre necios? Cuanto más analizo el caso Spanair, más recuerdo aquella frase de “Muéstrenme al general que no pone el bienestar de sus hombres en primer lugar y les mostraré un hombre dominado por la vanidad”.
Desde luego, el general que está al mando de Spanair y su consejo de administración, están demostrando primero que no se preocupan por los hombres y mujeres que componen esta magnifica empresa.
Alguno se preguntará ¿por qué?, ¿cómo es posible que dejen marchar a su director general a Vueling? ¿Cómo es posible que un alto ejecutivo pueda dejar una empresa estratégica del sector aéreo español y le dejen que se vaya a la competencia, y que encima con su indemnización compre acciones de la misma? Me da igual si ha sido con la indemnización o es de su patrimonio familiar.
Por el momento, no se ven expectativas de futuro para esta empresa, probablemente porque sus propietarios no quieren o no saben lo que van a hacer. Si analizamos la situación, la venta a Iberia era interesante por una cuestión de dominar el mercado. La venta a otra empresa sin solvencia –digo solvencia profesional– sólo traerá más incertidumbre.
La venta a sus ex socios y a los empresarios catalanes tenía sentido o tiene sentido cuando empezó la puja. Con la situación actual del mercado, el precio y las condiciones han tenido que cambiar, o habrá dejado de interesar. Es mejor tal vez comprar Aebal en su lugar.
Y al final puede que SAS se quede con ella, o sea, que no se venda. Pero mi pregunta es quién tendrá que hacer los sacrificios necesarios para que sobreviva: los pilotos y los mecánicos, los empleados al final. Como siempre, son los mismos, los pilotos, los que tienen que pagar el más alto precio junto a otros departamentos por la falta de diligencia de sus directivos que, pertrechados en una especie de secta, se protegen los unos a los otros.
Y mientras tanto unos cardan la lana mientras otros nos llevamos la fama, aunque yo sigo pensando, desde que estoy en este sector: dejadlos que me odien, con tal de que me teman.

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