“La mejor razón para un resurgimiento de la filosofía es que, a menos que un hombre tenga una filosofía, le ocurrirán cosas ciertamente, horribles. Será práctico, progresista; cultivará la eficiencia; confiará en la evolución; realizará el trabajo que tenga más a mano; se dedicará a los hechos, no a las palabras. Así, derribado por sucesivos golpes de ciega estupidez y destino fortuito, andará a los tumbos hasta su miserable muerte, sin otro consuelo que una serie de reclamos, tales como los que antes catalogué. Todo esto no es más que un simple sustituto para los pensamientos. En algunos casos, son los apéndices y los extremos de los pensamientos de otro”. (CHESTERTON)
Hechos, no palabras. Es un hecho arrojar una piedra a un lago y es una palabra la que envía a un prisionero a la horca, o a una persona al destierro o la desesperación, sin trabajo, sin dignidad.
Es un hecho, como me comentaba un médico no hace muchos días mientras atendía a una de mis hijas de un ataque de estrés y ansiedad, y me preguntaba con curiosidad: “¿Qué ocurre en la aviación, que en el ultimo mes he atendido a más de 100 personas con cuadros clínicos similares, de diferentes compañías (que no voy a mencionar aquí), por el miedo a perder su trabajo o ser trasladados a otros lugares dejando atrás familia y tierra”.
Realmente existen palabras muy fútiles, y no ayuda esta filosofía que estamos viviendo, que está formada casi enteramente por estas palabras. Nuestro país ha perdido en esta crisis cerca de cien aviones, debido a desapariciones de compañías y recortes de capacidad, mientras tanto, el mundo financiero está descubriendo que sus empleados han aprendido algo en la escuela del sufrimiento, que es dónde se enseñan las lecciones de la vida.
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Mes: noviembre 2009
El valor de un acto
He perdido la esperanza de enseñar nada a nadie, y menos a mi mismo. Es posible que mis palabras puedan molestar a alguien, pero he llegado a una edad en que como los viejos árboles, empiezo ya a morir por la copa.
Me refiero a todo lo que he podido leer en estos días sobre la compra de Spanair. Y si bien es cierto que me ha sorprendido, como a muchos, la aventura de los empresarios catalanes, no por ello me han dejado de sorprender algunas de las reacciones posteriores, sobre las que modestamente tengo una opinión contraria.
Manifestar que no se pueden comprar empresas con caudales públicos o bien apoyos semi públicos, en especial por parte del presidente de Iberia, me parece pura demagogia. Creo que Iberia tiene entre su accionariado a Caja Madrid, con vínculos políticos muy importantes. Si ese es el caso por qué la Caixa no debe apoyar a los empresarios catalanes para quedarse y sostener a la segunda compañía aérea española. Qué fácil es decir que el mercado debe regularse por sí mismo, qué importan al fin y al cabo los empleados de Spanair, que no son pocos.
Siempre he creído y de hecho lo sigo creyendo que el empresariado catalán no ha tenido ni tiene visión aeronáutica. Pero el valor de este acto debemos juzgarlo por su oportunidad. Además del hecho constatado de que los catalanes quieren tener su propia empresa aérea, yo añadiría que aunque el orgullo no es una virtud, puede ser el padre de muchas virtudes.
En este caso concreto recurren al tema circunstancias especiales, por lo que el hecho debe ser más rápido que el pensamiento. La acción para mí es lo único que tiene valor. En este caso los individuos que compran lo hacen por tres únicas razones: por honor, por dinero, por orgullo. Si con eso salvamos a una de nuestras más importantes compañías aéreas de este país yo soy de los que piensan que por una buena causa, el orgullo se convierte en virtud.
Tiempo de reflexión
Bertrand Rusell, dijo: ¡Que agradable sería un mundo en el que no se permitiera a nadie operar en la bolsa a menos que hubiese pasado un examen de economía y poesía griega, y en el que los políticos estuviesen obligados a tener un sólido conocimiento de la historia y de la novela moderna.
Estamos en el sector turístico y, por añadidura aéreo, en una situación a la que casi nadie puede escapar, que no es más que otra crisis, que conlleva falta de entusiasmo. Alguien dijo que en esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra. Esta no es la primera crisis que yo he vivido y me remonto a los años setenta y ochenta cuando fundé Air Europa y pocos creían que podríamos conseguirlo, pero ante la adversidad hay que crecerse y superarla con entusiasmo, viendo las cosas de forma distinta a los demás. Quiero con estas humildes letras animar a los que luchan en estos momentos por su supervivencia, pensando e intentando crear… crear, que magnífica palabra.No importa la cantidad de ideas de compañías que hoy pueden parecer a algunos puras entelequias, hay que seguir, solo les sugiero a los que hoy intentan sortear esta tormenta, que pongan al frente a un Líder, sí, un Líder. Muchos se preguntarán y ¿cómo reconocemos un líder? Pues yo les diría que esa persona que buscan debe ser alguien a quien estén dispuestos a seguir, y uno sigue a aquellos de los que aprendemos y que debe tener también la capacidad de preocuparse de nosotros, eso para mí es un líder. Esa persona que sabe, enseña lo que sabe y se preocupa por encima de todo de sus empleados, lo demás son meros médicos de quimeras.
En las grandes crisis el corazón se rompe o se curte (Balzac), nosotros en el sector aéreo ya tenemos el corazón curtido después de tantos años.
La casualidad y el tiempo
Ha nevado en Madrid y con ello se ha paralizado todo el país. El cierre del aeropuerto de Barajas ha conllevado gentes atrapadas, vuelos cancelados, motines a bordo,… un verdadero caos que se podría paliar con algo muy sencillo: la previsión.
La Unidad Militar de Emergencias, UME; estaba preparada para el mal tiempo pero cuando la llamaron era ya demasiado tarde, ¿falta de previsión o simplemente inoperancia?
Mientras los políticos, digo bien, los políticos que dirigen Barajas, Aena y Fomento, eluden cualquier responsabilidad, son las compañías aéreas privadas las que, aunque afectadas, luchan contra la incapacidad y mantienen el tipo, pues se juegan mucho en esta partida. Aena, Iberia, Fomento, no hacen más que pasarse la pelota los unos a los otros instalando el caos en el país, aún sabiendo que no va a pasar nada, y dando una imagen internacional que da pena.
Creo francamente que, en general, a nadie le importa esta situación. Al sr. Fernando Conte o al sr Miguel Blesa, dirigentes de Iberia, todo esto les trae al pairo, al fin y al cabo, cuando dejen de estar donde están, no irán al INEM, sino a un nuevo puesto político de otra empresa controlada por el lobby político español.
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Surge et ambula
Estamos a principios de 2009 y empezamos una nueva etapa en el sector turístico y aéreo. Muchos se han quedado en el camino y no debemos juzgar a las personas que dirigiendo las empresas que han desaparecido creando esta incertidumbre. Aunque no es siempre así, ¿cuántos no me han juzgado sin siquiera conocerme, tan sólo por lo que han oído?.
Hoy debemos decir alto y claro: Surge et Ambula,” levántate y camina”, debemos hacerlo, no nos queda más remedio, es una obligación.
Cuántas llamadas desesperadas he constatado en estos días de gente buscando algo tan importante para la dignidad del ser humano, tener un trabajo.
Futura, Lte, y la propia Spanair con su ERE, son un mosaico muy amplio para que nos quedemos parados sin saber que hacer, y lo digo yo, que llevo rebuscando en el rincón de los recuerdos aquellos actos que me justifican y que por lo tanto desdicen las infamias que contra mi han dicho todos aquellos jóvenes envejecidos y que han esparcido en mi descrédito en una sola noche. Mi pretendido descrédito. Hay que ser responsable. Eso lo he dicho toda mi vida. Uno tiene la obligación moral de ser responsable de sus actos y también de sus palabras e incluso de sus silencios. Yo no busco la confrontación, nunca la he buscado, yo busco la paz, la responsabilidad de los actos y de las palabras y de los silencios. Todo lo que recuerdo es mi sonrisa en medio de la oscuridad, la sonrisa del niño que fui.
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El Reparto
En palabras de Oscar Wilde, “la tierra es un teatro, pero tiene un reparto deplorable”. Solo se habla en estos días de la crisis en el sector turístico y en especial en el transporte aéreo, yo prefiero en mi vida ser altruista que hedonista, porque el altruista tiene la inclinación a preocuparse del bien ajeno y dedicarle sacrificios y esfuerzos; en cambio, el hedonismo considera el placer como fin supremo de la vida.
En estas fechas tan especiales siento la necesidad de escribir y para escribir hay que tener dos cosas, algo que decir y decirlo. Frente a lo que nos pueda deparar este año recién estrenado sólo puedo pensar de forma altruista, porque creo que es la única que nos puede sacar de la crisis que estamos viviendo.
En estos momento se necesita gente con amplitud de miras, capaz de crear en lugar de destruir, hay que construir en momentos de depresión, da igual si es financiera y yo creo que es una depresión de falta de confianza, ya lo dijo Cervantes por boca del Quijote: “Sábete Sancho que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro.
Todos tenemos que hacer más que otro para paliar lo que estamos viviendo, no es fácil pero lo cierto es que existe un reparto tan malo en ésta comedia que es la vida y que tienen en general las compañías aéreas y el propio sector turístico. ¿Están los mejores en los puestos adecuados?, ¿podremos sacar del paro a los que por ceguera de sus directivos están hoy en el paro? Claro que sí, sin lugar a dudas. Yo, que constantemente hablo con amigos y menos amigos dentro del transporte aéreo, les pediría a los directores generales que escuchen más y dejen de escucharse ellos mismos.
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Diario de un Don Nadie
Todo vale en esta vida para hacer el bien y haciéndolo uno es capaz de crear en lugar de destruir. Como dijo César: “He observado, sin embargo, que la gente suele llamar imposibles a aquellas cosas que no desea hacer o bien que nunca intentó seriamente”. Ante la crisis actual del transporte aéreo y turístico, no nos queda mas remedio que trabajar si es necesario hasta con palas para apartar la nieve, la arena, cualquier cosa, aunque a veces haya que hacerlo a gran profundidad.
Las pernoctaciones hoteleras disminuyen, la demanda aérea también, todo se une y lleva al sector a una gran inestabilidad, por eso se requiere sin falta actuar con rapidez.
¿Hacia dónde va el transporte aéreo?… Yo creo que hacia una regresión, volvemos de nuevo a una situación donde las compañías aéreas son gobernadas con mano fuerte por los Estados. ¿Por qué?, se preguntarán. Porqué la liberalización ha sido una gran comedia con un escenario dónde han aparecido nuevas compañías pero mientras las privadas se enfrentaban solas ante la panacea de la liberalización con la complicidad de la Comunidad Europea, las estatales seguían de cerca sus pasos con una sonrisa sarcástica, esperando ver las que llegarían a buen puerto porque estaba claro que ellos seguirían jugando con reglas posiblemente distintas, pero los apoyos eran incuestionables, seguirían siendo los mismos pero disfrazados.
Hoy, compañías estatales permiten que sus pilotos hagan huelgas soterradas, mientras el sector aéreo es una sangría constante de puestos de trabajo. Ahora esos empleados de compañías estatales ya ríen a mandíbula batiente, porque vuelven a recuperar su hegemonía en el sector.
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Sorry about that
Parece ser que a los de la Península Ibérica nos ha pillado por sorpresa la entrada de la compañía Qantas en el entramado de las fusiones y que pueda entorpecer las negociaciones entre British Airways e Iberia. Según el Financial Times, Fernando Conte ha recibido la noticia con irritación y enfado.
Por decirlo de manera escueta, a los pocos días de ocupar la posición de Chief Executive Officer en la australiana Qantas, Alan Joyce se ha metido en una transacción complicada pero, al fin y al cabo, una “fusión entre iguales”, como dicen los ingleses.
Pero lo obvio es simplemente obvio. A parte de la estructura de dos grandes del sector aéreo mundial, no por ello dejan de ser hermanos. Que puede uno decirle a Fernando Conte que no sepa, pues que el ingles en general es cortés y amable y de una artera hipocresía, le puedo sugerir respetuosamente que lea las aventuras del famoso pirata Henry Morgan, pero si le puedo manifestar después de trabajar muchos años con ellos, que cuando dicen “Sorry about that”, es cuando realmente estas jodido.
La crisis
Escuché hace unos días esta conversación: ¿tú eres un agente de inversiones? Sí, lo soy. Entiendo que tienes tu dedo sobre el pulso financiero. Sí, en gran medida, le respondía el otro. ¿Qué ha causado todo esto? Bueno, el mercado financiero está dirigido por sentimientos. ¿Qué significa? Todo va normalmente y, de repente, una de esas personas sofisticadas y que tiene el pulso del mercado dice: ¡Oh, Dios mío!, lo hemos perdido todo. ¿Qué hacemos ahora? Salto por la ventana o saltamos todos, y empieza a decir: vender, vender. Algunos días después, la misma persona dice que todo va bien, somos ricos y empieza frenéticamente a decir: comprar, comprar.
En fin, eso es lo que se llama sentimiento del mercado. Esa es la clase de análisis riguroso que se hace en la economía. Igual pasa en el transporte aéreo. Nosotros también tenemos esos expertos que tienen su dedo pulsando el mercado aéreo y esta historia que les voy a contar es una muestra de ello.
Un comandante hablaba desde el ‘cockpit’ a sus pasajeros y esto es lo que escuché.
Buenos días, señores pasajeros. Les habla el Comandante. Les doy mi más cordial bienvenida a bordo en nombre de Nigerian Airways. Lamentamos el retraso de cuatro días en poder despegar. La causa ha sido el mal tiempo y el exceso de horas acumuladas por la tripulación. Este es el vuelo 126 a Lagos. El aterrizaje en Lagos no esta garantizado, pero seguro que terminaremos en algún lugar al sur de Africa.
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Primera clase
Como todo el mundo conoce la discriminación racial, de una forma o de otra la llegamos a percibir un día sí y otro también. A veces es extraordinario ver como compañías aéreas y sus empleados afrontan esta situación con dignidad y, porque no decirlo, hasta diría yo que con cierto grado de humor.
En un vuelo de British Airways, desde Johannesburgo, una señora que frisaba la cincuentena, de origen sudafricano pero blanca, se encontró sentada junto a un hombre de color. La señora en cuestión llamó a la tripulante de cabina para quejarse de su disgusto. ¿Cuál es el problema señora?, le preguntó la auxiliar; ¿No lo ve usted? Me han sentado al lado de un kaffir y yo no puedo estar sentada al lado de una persona así, me disgusta esta situación.
La experimentada auxiliar de vuelo le replicó “cálmese señora, el vuelo esta lleno hoy, pero le voy a decir lo que voy a hacer, voy a comprobar si quedan asientos disponibles en Club o Primera Clase”.
A los pocos minutos la auxiliar regresó de nuevo con buenas noticias, no había espacio en Club, pero en cambio quedaban disponibles algunos asientos en Primera Clase, ante lo cual la señora miró a los demás pasajeros de alrededor con gran altivez y satisfacción.
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