Bufones

Resulta que Reino Unido tiene de nuevo bufón oficial después de tres siglos y medio con la plaza vacante. En España también tuvimos la figura del animador real, que se extinguió con el tiempo. La de payaso ha tenido más fortuna y la sigue teniendo. Y no me refiero a los payasos profesionales que para mí son muy respetables, me refiero a los payasos con chaqueta y corbata que dirigen compañías aéreas y anuncian a bombo y platillo que van a despedir a 600, a 1.000 o a 1.200 y se quedan tan anchos.
Sin preocuparles algo que es fundamental en la aviación, la seguridad aérea, creen que se puede trabajar en un clima normal cuando la espada de Julio César pende sobre las cabezas de tantas personas. Me preguntarán por qué la espada del César, pues porque fue forjada por los Cálibes en Anatolia de un bloque de hierro sideral y templada en la sangre de un león, así que un golpe es suficiente para herirte para siempre. Llamo payasos a tantos, a quienes, en realidad, debería llamar irresponsables e insustanciales.
Recuerdo una cena en el restaurante La Lubina de Madrid, en la que Juan José Hidalgo me preguntó sobre la compra de Air Europa, a lo que obviamente le contesté lo que yo pensaba.
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La pinza

Más vale una mala paz que una buena pelea. Estas palabras me vienen a la cabeza cuando leo las manifestaciones de huelga de pilotos por la nueva normativa de pilotos ‘Euro Ops-Q’. Como alguien dijo: “Más que el sinfín de las verdades, amamos el engaño ensalzador”.
Si el convenio de pilotos de Iberia supera con creces la nueva normativa que entrará en vigor, ¿por qué los pilotos de Iberia van a la huelga?
Simplemente porque se intenta hacer una pinza en la que las compañías que la siguen, como por ejemplo Spanair o Air Europa, o Vueling-Clickair, se verán muy afectadas y de esta forma en lugar de despidos de pilotos habrá que contratar a más, o sea, que todas las que contemplan despidos con la nueva reestructuración deberán contratar más pilotos a pesar de sus planes de cancelar rutas y dejar aviones en el suelo. Esta es la estrategia, no importa si al final del camino quedan personas de tierra en el paro, la cuestión es proteger el corporativismo.
Para mí son muchas las opiniones que se sostienen en este mundo y una buena mitad de ellas pertenece a individuos que no se han encontrado nunca en situaciones difíciles.

Tormenta perfecta

Todo el mundo habla sobre la crisis del transporte aéreo y algunos lo achacan  a las tasas aéreas, pero eso lo dicen los que no ven de lejos. El problema del transporte aéreo en España, por no decir mundial, es un problema de la estructura del negocio. Teniendo en cuenta que el combustible ha alcanzado entre el 40 y el 50 por ciento de los gastos estructurales de una empresa aérea, cualquier impacto positivo o negativo puede ser la salvación o el desastre.
El 80 por ciento de los billetes vendidos hasta la fecha se ha emitido al pasajero antes de la subida del precio del combustible, por lo que es imposible a estas alturas repercutirlo al cliente, porque la ley no permite repercutir sobre el precio final cualquier coste 21 días después de haber emitido el billete, o lo que es lo mismo, los billetes con los que muchos pasajeros viajan hoy se han vendido entre marzo o abril. Por lo que las compañías hoy se ven abocadas  a  dos cosas: reducir la oferta y plantilla de personal o a no mover ficha y quedarse como están.
Si mejora la situación después de una reestructuración, el daño es irreversible y si empeora es también irreversible. Muchos se dedican a hablar de las  magnitudes, porque para ellos es lo que manda, para mí en cambio es el drama personal.
Asegurar hoy el precio del combustible es una temeridad igualmente carísima y arriesgada. Si aseguras el barril a 130 dólares y baja 15 dólares por su volatilidad, el resultado es tremendo y si no lo aseguras el drama es parecido. Al final estamos ante una Tormenta Perfecta, que pasará una factura humana tremenda, porque a mi modo de ver no hay capacidad de innovación del negocio.
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Mayday

Estas son las palabras tan famosas cuando se produce una emergencia en un avión. Hoy podemos decir alto, no sé si claro, pero alto Mayday, para el transporte aéreo en nuestro país, al igual que en otros continentes aunque cada uno tiene caracteres distintos, y salvo Estados Unidos saldrán mejor parados de esta situación.
Esta es la peor crisis del transporte aéreo que se conoce muy superior al 11S o a cualquier conflicto bélico conocido con anterioridad. Compañías que deben a los alquiladores de aviones grandes sumas de dinero, compañías que creen que reduciendo su plantilla salvarán la situación, esperen ustedes a septiembre y octubre y verán lo que sucederá, algunos todavía ciegos por su prepotencia se niegan a ver lo inevitable y lo inevitable es que vamos a entrar en una nueva aviación dónde todos van a pasar por momentos difíciles y algunos verán el ocaso de sus propias compañías, incluyendo las low cost.
Hay quién ha dicho que va a vender, pero lo que no dice es que no puede, en su lugar manifiesta sin rubor que su compañía no se vende. Los necios siguen siendo necios y eso les hace felices pero en esta ocasión no se salvarán de ésta ni tan siquiera las grandes de nuestro sector.
Espero que esta vez los necios no me echen la culpa del incremento del precio del crudo y la desaparición de sus empresas, ya que en este sector siempre han echado mano de mi nombre cuando las cosas no les han ido bien, pero créanme no me alegro en absoluto porque los que van a pagar el más alto precio serán los empleados.

La "Taza de oro"

Ensalzar la noticia de que algunos grandes grupos no van a estar en Fitur el año que viene me parece exagerado. Puede que algunos piensen que es sabiduría, más bien me parece a mi algo práctico y cínico. Pero si es sabiduría, entonces es experiencia que ‘barloventea’ en una mente ordenada. Y el cinismo es el musgo acumulado en un canto rodado.
Coste, cómo se puede hablar de coste cuando Fitur ha sido la ‘La hoguera de las vanidades’ del sector turístico, con el fin de conseguir el mejor stand y el más caro, por descontado que los tiempos no están para alimentar las vanidades de los que dirigen los grandes grupos españoles o extranjeros, y se han dado cuenta, menos mal.
Porque la ‘Taza de oro’, puede irse convirtiendo en cobre si no se remedia, al igual que un día la ‘Taza de Oro’, o sea Panamá, quedó destruída por Henry Morgan.

Así no venderás el caballo

¿Es que sucede algo en este mundo que no sea necedad, hecho por necios y entre necios? Cuanto más analizo el caso Spanair, más recuerdo aquella frase de “Muéstrenme al general que no pone el bienestar de sus hombres en primer lugar y les mostraré un hombre dominado por la vanidad”.
Desde luego, el general que está al mando de Spanair y su consejo de administración, están demostrando primero que no se preocupan por los hombres y mujeres que componen esta magnifica empresa.
Alguno se preguntará ¿por qué?, ¿cómo es posible que dejen marchar a su director general a Vueling? ¿Cómo es posible que un alto ejecutivo pueda dejar una empresa estratégica del sector aéreo español y le dejen que se vaya a la competencia, y que encima con su indemnización compre acciones de la misma? Me da igual si ha sido con la indemnización o es de su patrimonio familiar.
Por el momento, no se ven expectativas de futuro para esta empresa, probablemente porque sus propietarios no quieren o no saben lo que van a hacer. Si analizamos la situación, la venta a Iberia era interesante por una cuestión de dominar el mercado. La venta a otra empresa sin solvencia –digo solvencia profesional– sólo traerá más incertidumbre.
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Un ciego guiando a otro ciego

Soy ciego, pero no sordo. A causa de lo completo de mi infortunio me ví obligado a escuchar durante casi seis horas a un historiador autodidacta cuya versión de las guerras que los atenienses se complacen en llamar “persas” era un disparate tal que, si yo hubiera sido menos anciano y más privilegiado, me habría levantado de mi asiento para responderle y escandalizar a todos. Estas palabras son de Ciro Espitama, viejo y ciego embajador de los persas en Atenas.
Disculpen si las utilizo para contestar a las palabras de Ryanair sobre la fusión de Vueling y Clickair. Probablemente sean ciegos, pero no sordos, los directivos de estas compañías ¿Quién no está algo ciego en estos momentos en el transporte aéreo mundial ante el caos que tenemos?.
Estamos hartos en general en este país de escuchar los epítetos sarcásticos de los responsables de Ryanair. Parece que sólo ellos saben dónde están y hacía dónde van, pero para mí que sólo dan muestras de que les sobre prepotencia, adquirida gracias a sus resultados económicos, que son en gran parte resultado de la compra barata de su flota y su venta de activos al más alto precio, que de su política de precios comercial. Nosotros sonreímos a las manifestaciones de Ryanair con la punzante sonrisa de los ciegos.
En este negocio del transporte aéreo, uno siempre debe estar preparado. Estamos estudiando siempre cómo hacerlo mejor; por eso, estudiar sin pensar en lo que se ha aprendido es perfectamente inútil. Pensar sin haber aprendido es peligroso, y esto último es lo que suele hacer Ryanair.

El piloto

El hombre observó al niño, solo en la sala de espera del aeropuerto, aguardando su vuelo. Cuando el embarque comenzó, el niño fue colocado al frente de la fila de pasajeros, para entrar y encontrar su asiento antes que los adultos.
Al entrar al avión, el hombre vio que el niño estaba sentado al lado de su asiento. El niño fue cortés cuando conversó con él y enseguida comenzó a pasar el tiempo pintando un libro. No demostraba ansiedad o preocupación con el vuelo, mientras las preparaciones para el despegue estaban siendo realizadas.
Durante el vuelo, el avión entró en una tempestad muy fuerte, lo que lo hizo balancearse como una pluma al viento. La turbulencia y las sacudidas bruscas, asustaron a algunos pasajeros. Pero el niño parecía encararlo todo con la mayor naturalidad. Una de las pasajeras, sentada del otro lado del pasillo estaba preocupada con todo aquello y preguntó al niño. ¿No tienes miedo? No señora, no tengo miedo, respondió él, levantando los ojos rápidamente de su libro de pintar. ¡Mi padre es el piloto!
Existen situaciones en nuestra vida que nos recuerdan un avión pasando por una fuerte tempestad. Por más que lo intentemos, no conseguimos sentirnos en tierra firme. Tenemos la sensación de que estamos colgados del aire, sin nada para sostenernos, para asegurarnos, en qué apoyarnos y  que nos sirva de socorro. En estas horas debemos recordar con serenidad y confianza que nuestro padre es el piloto.

El hombre observó al niño, solo en la sala de espera del aeropuerto, aguardando su vuelo. Cuando el embarque comenzó, el niño fue colocado al frente de la fila de pasajeros, para entrar y encontrar su asiento antes que los adultos.
Al entrar al avión, el hombre vio que el niño estaba sentado al lado de su asiento. El niño fue cortés cuando conversó con él y enseguida comenzó a pasar el tiempo pintando un libro. N
o demostraba ansiedad o preocupación con el vuelo, mientras las preparaciones para el despegue estaban siendo realizadas.
Durante el vuelo, el avión entró en una tempestad muy fuerte, lo que lo hizo balancearse como una pluma al viento. La turbulencia y las sacudidas bruscas, asustaron a algunos pasajeros. Pero el niño parecía encararlo todo con la mayor naturalidad. Una de las pasajeras, sentada del otro lado del pasillo estaba preocupada con todo aquello y preguntó al niño.
¿No tienes miedo? No señora, no tengo miedo, respondió él, levantando los ojos rápidamente de su libro de pintar. ¡Mi padre es el piloto!
Existen situaciones en nuestra vida que nos recuerdan un avión pasando por una fuerte tempestad
. Por más que lo intentemos, no conseguimos sentirnos en tierra firme. Tenemos la sensación de que estamos colgados del aire, sin nada para sostenernos, para asegurarnos, en qué apoyarnos y  que nos sirva de socorro. En estas horas debemos recordar con serenidad y confianza que nuestro padre es el piloto.

Las catalanes y la aviación

Cataluña no ha tenido en general tradición aeronáutica. No hay empresarios capaces de acometer ni la compra de Spanair ni una salida para Vueling, como no sea vía dejarse absorber por otra y quitarse riesgo de encima. El catalán no se mete en lo que desconoce y me parece bien.
Pero es difícil a mi entender esa vocación de pedir el máximo de vuelos intercontinentales en El Prat, y muchos, muchos vuelos en conexión con su aeropuerto desde todas partes de España o Europa.
El riesgo de esas peticiones debe siempre correr por cuenta de otros, y espero que ellos estén dispuestos a jugar con todas las partes y apoyar a la industria del transporte aéreo, para hacer más grande su aeropuerto y desarrollar su región, y eso les ayudará en el futuro cuando tengan la gestión o cogestión del aeropuerto.
Por último, hablar de que un grupo catalán encabezado por el señor Joan Gaspart y su asociación Femcat, pueden optar a comprar Spanair es algo difícil de entender para mí. Nunca he llegado a entender al empresario catalán en algunos aspectos y a veces me cuesta entender a esas buenas gentes, que son las mías. Pero cuando más lejos estoy de Cataluña, menos las voy entendiendo en los temas aeronáuticos y esto para un catalán es algo de enorme tristeza.

La aviación y su mayor reto

La industria aeronáutica mundial tiene uno de los mayores retos de su historia, el precio del combustible, que ha ido escalando unas cifras mucho más rápidas de lo que nadie en el sector esperaba. El negocio actual es insostenible a los niveles actuales del precio del crudo. Hay que tener en cuenta que los precios han subido un 95 por ciento el año pasado y que ello ha tenido un impacto en la cuenta de explotación de una línea aérea del 40 por ciento.
Reducir costes, aumentar el precio de los billetes, no nos permitirán a las líneas aéreas paliar el coste del combustible. Las aerolíneas deben reducir entre otras cosas su capacidad, lo que permitiría un aumento de los precios de venta de billetes, para ello habrá que reducir un 10 ó 20 por ciento la capacidad en el tráfico doméstico, que en especial en España está saturado y tiene exceso de capacidad.
A nivel mundial habrá que dejar aviones en tierra, con lo que producirá un significativo ahorro de costes. Cuanta mayor rapidez tengamos en reducir capacidad más rápido será la obtención de beneficios.
Por último, las integraciones u absorciones de unas compañías con otras no serán eficientes, y tendrán grandes complicaciones en este ambiente actual, o lo que es lo mismo, las sinergias no bastarán para hacer frente al incremento del combustible, por lo que a mi entender, la crisis actual del crudo debería enfriar el entusiasmo por las fusiones entre compañías, por el momento.